Carlos Ml. Muñoz J.
A modo de preámbulo:
La
Economía de la empresa es la que estudia (¿qué
estudia?) el comportamiento
económico del tema empresarial, estudia la manera en la que
determinada o determinadas empresas llevan a cabo sus procesos
cotidianos, con el fin de
obtener imágenes estadísticas descriptivas de lo que sucede a lo
interno, con
la ayuda
éstas
imágenes
se pueden visualizar a su vez las necesidades en las diferentes áreas
administrativas, como
las de: personal, procesos industriales, tecnología, materias
primas, transporte, puntos de venta, oferta y demanda del bien o
bienes producidos, entre otros.
El
mercado es un gran tema (¿qué
es), se refiere al territorio
(definido por zona geográfica
o por tipo de producto) en
donde determinado producto va a ser ofrecido
y vendido, ese mercado (libre),
zona de competencia por donde va a ser tramitada la mercancía, es
el que pone las reglas del juego para los empresarios, quienes se
preparan, para poder mantenerse cotidianamente y
seguir con su empresa o
negocio. Mucho se debate sobre si la capacidad de inserción
(ingresar con otro o un nuevo
producto) dentro de
determinados mercados sea
posible siempre y cuando exista
capacidad de 'la
empresa'
para cubrir la demanda o, si debe de invertirse en mejoras
tecnológicas o, si se debe
de mejorar la plataforma publicitaria, etc., en realidad existen
diferentes especulaciones que muchos economistas y grandes
empresarios a nivel mundial hacen con respecto al tema
del mercado, en otros lugares,
se discute acerca del dumping,
en otros sobre las regulaciones de parte del Estado; otro gran debate
con respecto a esto es lo que plantea la Escuela Austríaca, sobre el
problema que ha conllevado la excesiva regulación del Estado
produciendo las recientes crisis financieras, limitando así la poca
capacidad emprendimiento debido a la falta de crédito seguro y al
debilitamiento del valor de la moneda entre otros. En
fin, existe un mar de opiniones, de criterios, de teorías, que dan
forma a lo que se conoce como “mercado”, y cada una de esas ideas
plantean sus respectivas críticas al cómo debería de ser un
mercado ideal, pero para nuestra comprensión, utlizaremos la visión
sencilla, de que el mercado es el lugar en donde se tranzan las
mercancías y que el tipo de mercado es “libre”.
Como
es evidente la Economía no es un tema de fé, no
es un tema de suerte, ni
es un tema de hacer el mejor esfuerzo, no, la Economía (de
Mercado: de la empresa),
es un tema que gira entorno a la exactitud de lo que se interpreta y
analiza con respecto a determinado producto y tiene que ver con la
realidad a la que éste se encuentre alineado, así, con
la ayuda de la construcción de características empresariales se
considera si se puede o no llevar a cabo determinada actividad
económica.
Los procesos de producción en mucho definen la actividad económica
y su posible rentabilidad, a través del planeamiento productivo se
vislumbra el tema referido a los costes operativos de determinada
actividad económica que al final son los que definen si la actividad
es o no rentable, de ésta manera los procesos más simples1
(en capital y operativamente)
dispondrán la posibilidad de llevar a cabo actividades con menos
costes, no implica que exista mucha rentabilidad, pero sí implica
poder realizar una actividad con menos recursos, y obtener menores
costes de producción, que es lo que se necesita.
De
esta manera, una vez planteado nuestro panorama, iniciaremos el viaje
a través de la Economía y de la eficiencia.
Algunos
conceptos importantes: poder adquisitivo, concepto de trabajo,
eficiencia (de la empresa) y la política fiscal
El
poder adquisitivo
En
términos matemáticos el poder adquisitivo es la cantidad de dinero
con la que cada persona cuenta a una determinada tasa
de tiempo o sea: cada
semana, cada quincena, cada mes, etc., con ésta medida se puede
estimar la cantidad con la que esa persona o grupos de personas
cuentan para hacer compras en la economía; con esa cantidad de
compras se determinará la demanda.
El
poder adquisitivo se debe a básicamente dos factores, uno es la
cantidad de ingreso que se tiene a cambio de determinado trabajo y
otro es el ingreso que se posee a causa de herencias y otros
ingresos, esa determinada cantidad de ingreso es la que determinará
en aquel individuo su poder adquisitivo, con el que podrá
intercambiar bienes, servicios, o compras a futuro (ahorro).
Empero,
económicamente el poder adquisitivo no viene “de los árboles de
donde nace el dinero”, ese capital (dinero disponible para gastar),
proviene de la emisión central monetaria que efectúa cada país en
su debida casa de cambio o banco central, la cual, define cuánto es
el valor de cada moneda y cómo aumenta o disminuye ese valor en el
tiempo. Así, de esa manera, todos los ciudadanos obtenemos nuestro
poder adquisitivo (ingreso real), para efectuar nuestras respectivas
compras de bienes y servicios.
El
poder de una moneda no se encuentra en su fama ni en su nacionalidad,
ni en la identidad de la nación por la moneda, el poder de la moneda
se encuentra en la capacidad que posea esta para que sus usuarios
puedan realizar sus respectivos cambios de tal manera que puedan
adquirir lo suficiente a lo largo y ancho del territorio, y por
supuesto en el tiempo, o sea, que si se poseen mil dólares al 1 de
enero de 2014 con los que obtengo 1000 de utilidad, que al finalizar
ese año (período) también pueda gozar de la misma utilidad. En el
caso de que no fuera así, si yo, por ejemplo, soy un empresario,
deberé de buscar la forma de multiplicar mis ingresos para así
poderme ajustar a los costos de producción, o como persona
asalariada, me veré en la obligación de limitar mis gastos y/o
aumentar mis ingresos de otra manera.
En
el caso de la economía utópica “céteris paribus” en la que
todo no cambia, allí en ese mundo ideal, probablemente esas
variaciones del precio del dinero (su poder adquisitivo) con respecto
a las mercancías, se podrían controlar con aumentos o disminuciones
de la oferta o de la demanda, pero en un mundo de competencia en
donde la utilidad se ha resuelto aumentando la productividad, o sea
aumentando los costes de
producción, el valor de la
moneda es vital. Si la moneda deja de poseer valor, aumentarán los
costes, y para resolver eso se deberá aumentar la producción y así
sucesivamente dentro una espiral descendente de valor de cambio.
Lo
que explico, es como preámbulo al argumento que finalmente pondré
en evidencia, de la necesidad de reducir los aumentos exponenciales
de la producción con el fin de generar una estabilidad monetaria y
así poder revalorizar la moneda. Por supuesto es necesaria una
estrategia integral en la que, a raíz de las necesidades cotidianas
de: dinero, trabajo, capital y tecnología, una cosmovisión mas
lógica y certera de cómo utilizar los recursos, disminuirá
proporcionalmente el impacto generado por la acelarada economía de
la productividad y el crecimiento insostenido.
Diariamente
escucho las palabras: “hay que trabajar para ganar plata” o de
“hay que conseguirse un buen trabajo” o de “hay que trabajar en
lo que se pueda”, si bien es cierto la intención implícita de las
palabras es apoyar el esfuerzo personal, que es algo positivo, el
significado matemático, en relación a lo que anteriormente
expliqué, hace que carezcan de mucho sentido. Veamos.
“Hay
que trabajar para ganar plata”, eso implicaría que si fuera una
ley general de la economía y la supervivencia, el aumento en las
horas de trabajo nos daría “per se”, la satisfacción personal
suficiente para llevar a cabo una vida digna y con resultados
sorprendentes en el campo personal-económico. A este argumento, con
el que no solo muchos empleados trabajan, sino, también sus
empleadores, lo destruye fácilmente el Siglo XXI cuando las crisis
económicas, actrices centrales de las noticias diarias en todo el
Mundo, demuestran que en un Mundo que trabaja en exceso, la felicidad
no es su gran “producto”.
“Hay
que conseguirse un buen trabajo”, si se utiliza un razonamiento
similar al anterior, y se le suma que no necesariamente “ganar más”
le hará no invertir más de su tiempo, y que “ganar más”, no
implicará un esfuerzo que no
agregará “costos” a su
trabajo, ese buen trabajo, no por mucho (tampoco), dará la
satisfacción y felicidad buscada.
“Hay
que trabajar en lo que se pueda”, desgraciadamente, una frase que
tiene un grado de razón hiperbólica, pues en el mundo de las
mercancías y los salarios para adquirirlas, sin ingreso no se puede
hacer prácticamente nada, pero si se utiliza aquella magnífica
definición de la economía que adaptada a un mejor mundo, podría
darnos muchas respuesta sabias: 'el costo de oportunidad', deberíamos
de valorar cuánto es el costo de oportunidad de llevar a cabo tal
trabajo a cambio de cuánta satisfacción, para compararla con un
trabajo de menor rango que pueda darme una satisfacción similar; de
esa manera en la gran lógica económica, yo debería de escoger
aquel que me aumente mi satisfacción, y si ese fuera el que requiere
de menos tiempo y esfuerzo, tal vez al que no se le llama “lo que
se pueda”, a ese debería de elegirlo.
“Elige
un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu
vida”, frase que la dijera Confucio, que explica cómo ese trabajo
llevado a cabo con felicidad implicará ir por la senda del triunfo.
Es evidente, como antes expliqué, que dentro de la sociedad
mercantil, productiva-exponencial, en la que vivimos, eso es casi
imposible de hacer, sin embargo, por algunas cosas que conozco, sé
de algunos trabajos que encantarían a las personas, en cambio de lo
que hoy hacen.
Concepto
de trabajo
El
trabajo, concepto clave de
éste escrito, es el cambio de horas de tiempo en donde se agregan
las: destrezas personales, conocimiento, excelencia, etc., con las
que se lleva a cabo aquella tarea. En
fin, ese cambio de tiempo
- persona, cumple
con la función de obtener, a cambio de éste, dinero. De tal manera
que se espera que con el dinero obtenido, pensando en que el trabajo
fué suficiente (una jornada de 48 horas semanales), éste dinero
debe de proporcionar supervivencia y calidad de vida; en el mínimo
grado de ingreso, debe de promover mínimamente la supervivencia.
Bajo ese razonamiento, entonces, yo como individuo que conozco mi
costo de oportunidad debo de valorar si aquel trabajo o cambio de
tiempo personal por dinero cumple tales expectativas.
Aclaro
que el razonamiento no solo va dirigido a los trabajadores
(empleados) pues estos son los que perciben menos ingresos, el
razonamiento, se dirige también a los y las
empresarias o emprendedores y emprendedoras cuyo negocio no genera
suficiente satisfacción y/o no es rentable; el tema central del
valor del trabajo es el hecho de que mi tiempo invertido
debe de producirme
satisfacción, si no es así, no debería de llevar tal o cual
acción. En las secciones siguientes se hablará de cómo alcanzar la
satisfacción con nuestras empresas desde otra idea que no es la
capitalista.
“La
eficiencia de la empresa”: argumentos micro-económicos
La
empresa en el modelo del libre mercado es “un
sistema ordenado de actividades que tienen como fin llevar a cabo la
producción de bienes o servicios, que tiene como fin producir
dinero”. La empresa será
eficiente, por lo tanto si dicho trabajo coordinado que requiere
entre otras cosas de: horas de trabajo, conocimiento, capital, etc.,
produce los rendimientos mínimos para que la empresa siga adelante,
y será más eficiente si la empresa produce más de lo que pudiera
producir, en otras palabras tiene buenas ganancias. Esto es lo que
los economistas llaman maximizar las ganancias minimizando los
costes.
Radicalmente
dentro de esa eficiencia es básica la capacidad de administración
para que esta suceda, o sea, que la dirección empresarial sea capaz
de escoger cómo y cuándo invertir, de qué manera y cuánto vender,
de qué cantidad de personal será la planilla, etc., pero también
en términos monetarios la eficiencia se dará si los ingresos
(obtenidos en el tiempo) logran cubrir y superar los costes, o sea,
paulatinamente, aumentar la eficiencia: ganar más. Esto último
económicamente, se sale de las posibilidades de los empresarios
cuando viven en el mundo que describí antes, o sea, el mundo
monetario en el que la moneda, es dependiente de un determinado valor
que lo otorga un ente central, digamos en el caso de Costa Rica el
Banco Central.
Bueno,
aquí es donde “la chancha tuerce el rabo”, como dicen, pues los
empresarios, tomadores de precios y dependientes de las políticas
monetarias del Banco Central y dependientes de las regulaciones o de
determinados precios y dependientes del poder insertarse o no en
nuevos mercados (pues las políticas económicas durante muchos años
han mantenido monopolios heredados a familias de la élite), la
posibilidad de una digna competencia, base del libre comercio, se
hace imposible, entonces, se comienza a jugar con lo que a nadie
económicamente le gusta: la tenebrosa “especulación”.
La
especulación es la condición de la economía en donde hablándolo
en español “los que invierten esperan a otros para ver cómo les
va” y los que tienen negocios se hincan para que su producto no
pierda valor y para que se mantenga la demanda, por que si no sucede
así probablemente quiebre.
Entonces,
aquí la capacidad del poder adquisitivo limitada unida a la
especulación, determina una especie de marea roja en contra del
crecimiento económico a la libre, se puede observar cómo se hace
muy difícil poder, a partir de condiciones empresariales: buena
administración, posicionamiento, buena oferta, etc., que los
ingresos se mantengan o se puedan superar. El tira y encoje, la
oferta y la demanda, finalmente, y no como enseñan en las escuelas
de Economía, NO regula
totalmente el mercado, sino
que hay fuerzas monopólicas de élites, y de regulación de la banca
central, que logran determinar fuertemente la capacidad de
crecimiento económico.
Joseph
Stiglitz critica al mercado con respecto a su ineficiencia en su
libro “El Precio de la Desigualdad”, cuando pone en evidencia que
las fuerzas del mercado no son totalmente capaces de equilibrar la
economía, lo hace ver de esta manera:
“Se
supone que la gran virtud del mercado es su eficiencia.
Pero,
evidentemente, el mercado no es eficiente. La ley más
elemental
de la teoría económica —una ley necesaria si una
economía
aspira a ser eficiente— es que la demanda iguale a la
oferta.
Pero tenemos un mundo en el que existen gigantescas
necesidades
no satisfechas (inversiones para sacar a los pobres
de
la miseria, para promover el desarrollo en los países menos
desarrollados
de África y de otros continentes de todo el mundo,
o
para adaptar la economía mundial con el fin de afrontar los
desafíos
del calentamiento global). Al mismo tiempo, tenemos
ingentes
cantidades de recursos infrautilizados (trabajadores y
maquinaria
que están parados o que no están produciendo todo
su
potencial). El desempleo —la incapacidad del mercado para crear
puestos de trabajo para tantos ciudadanos— es el peor
fallo
del mercado, la principal fuente de ineficiencia y una
importante
causa de la desigualdad” (Stiglitz: 26)
De
modo que, la cuestión de la libertad del mercado como fuerza
equilibradora entre la oferta y la demanda, carece de legitimidad a
las alturas del Siglo XXI, entre otras cosas, debido a que no es como
lo explican los economistas del gobierno cuando dicen que hubo una
inflación del 4% o del 5%, y que hubo una disminución en la oferta
del tal o cual mercado, o que el diferencial cambiario varió debido
las fuerzas del mercado, no, la inestabilidad económica consecuencia
de que el dinero no pueda ser ampliamente redistribuido a toda la
sociedad a través de ingresos e inversiones constantes.
En
algunos países como Ecuador, las políticas económicas llevadas a
cabo para restaurar la economía han consistido en provocar que las
empresas puedan ser capaces de aumentar sus niveles de renta pero con
la obligación de pagar salarios justos e impuestos justos, de tal
forma que los ingresos de los empleados provoquen aumento en la
demanda y así sucesivamente un encadenamiento de gasto que beneficia
a los mercados y en el caso del Estado, este pueda ser capaz de
subsidiar como lo hace hoy a la educación y a la salud (gratis) con
lo que disminuye el costo de la vida, aumentando el ingreso real de
las personas. En este caso la distribución es efectiva, provocando
una estabilidad en el poder adquisitivo.
La
política fiscal: subsidios al poder adquisitivo
A
ciencia cierta casi se podría confirmar como una ley que si el
Estado utilizara los recursos de manera súper-eficiente, aportando
el crecimiento institucional de los servicios básicos: salud,
educación, transporte, alimentación, energía; solo con esto se
lograría que el poder adquisitivo de las personas aumentara y que
las personas a través de cadenas de gasto en todas los demás
mercados (gustos y preferencias), pudieran hacer crecer la economía
(PIB) y de la mano de ella el nivel de vida.
Veamos
por qué.
Si
se subsidian las cuatro necesidades básicas cotidianas (salud,
transporte, alimentación, energía) y que hacen crecer al ser humano
(educación), las demás necesidades podrán ir añadiéndose a la
cartera de consumo cotidiana (de usos de todas las personas) los
servicios empresariales, industria de menor rango, comercio de menor
rango, entre otros.
Para
que exista un subsidio a tal escala, la única manera es que al
Estado le paguen sus impuestos, o sea que se aumente la recaudación
fiscal y que por supuesto este les distribuya excelentemente. Como se
sabe, en Costa Rica la evasión fiscal es muy alta2,
lo que “empobrece” al Estado, esto perjudica inmensamente las
intenciones de poder tener ingresos necesarios para llevar un nivel
de vida bueno o digno.
Países
como Ecuador, ante situaciones similares, han optado por que la
recaudación fiscal se lleve a cabo de manera indirecta-indirecta o
sea que haya una motivación al consumidor de pedir sus facturas a
servicios básicos (médico, odontólogo) que generalmente obvian las
facturas, y con ello al ciudadano se le disminuye el impuesto de la
renta, pero al profesional se le cobran más impuestos con lo que se
logra recaudar más impuestos.
Otra
medida del fisco que es ineficiente, y que se critica harto en las
grandes discusiones económicas del Mundo, es que los impuestos deben
de cobrarse de una manera diferenciada de manera que las clases más
altas paguen más por sus lujos o por sus bienes “diferenciados”,
ajustando los IVA haciendo que los bienes de lujo paguen más
impuestos, y así ellas mismas se subsidien sus bienes. Si esto no es
así, si el IVA, por ejemplo, no es diferenciado, lo que se hace es
que el impuesto sea regresivo a las clases menos pudientes3,
pues deben estas de aportar lo máximo de su capital que jamás es
comparado con personas de ingresos de más de 2 millones de colones
(por ejemplo), para cancelar el IVA, en una desproporción con sus
compatriotas más adinerados. Lo que quiero decir es que alguien con
un salario nominal de 250 000 colones debe de hacer todo lo posible
por que el mismo le alcance para cubrir todas sus necesidades,
comparado a alguien con 2 millones de ingreso, que le va a sobrar
para llevar a cabo sus actividades de élite, que tiene un IVA igual
que el del pobre y el pobre, ciudadano igual que el rico, no puede
pagarse esos lujos. Además el pobre con menos poder adquisitivo,
puede comprar menos, y así se disminuye la cadena económica.
Con
respecto al impuesto sobre la renta, debería de ser escalonado
(progresivo) o sea que a mayor capital mayor sea el pago de
impuestos, cosa que no es así, pero además de esto el impuesto debe
de ser redistributivo y generador de equidad social, o sea que el
cobro suponga un trabajo eficiente, cosa que con las administraciones
amañadas, generadas por el clientelismo político y la burocracia,
es muy difícil.
¿Hacia
dónde debe de dirigirse la empresa entonces?
Observado
todo lo anterior, cabe hacerse la pregunta ¿hacia dónde se debe de
ir?
Como
vemos, la mano invisible, liderada por la maximización de los
recursos y la minimización de los costos no pudo controlar las
poderosas fuerzas del mercado, ni la cotidiana necesidad de
distribución de los recursos entre todas las personas de una
sociedad4.
Estamos hoy en un mercado que carece de poder adquisitivo para que
los empresarios logren multiplicar sus ingresos a través de
ingeniosas estrategias, una vez visualizadas la grandes oportunidades
de oferta. Estamos hoy en una sociedad cuyas necesidades básicas (a
consecuencia de que las facilidades idóneas que debería de brindar
el Estado no existen de manera eficiente), prácticamente significan
el principal rubro del gasto cotidiano, o sea que la
mayor parte de
lo que una persona recibe como salario, de una manera casi
automática, se dirige al acto de financiamiento de
estas necesidades, matemáticamente y económicamente, si no hay
dinero disponible no habrá consumo conspícuo5,
o sea consumo en otras necesidades, de tal manera que disminuirá la
demanda, disminuyendo la producción, provocando una economía
recesiva,
lo que pondrá en crisis a la economía. Y esto sucederá con más
razón si las y los politiqueros no se ponen de acuerdo y no
determinan mejorar en la inversión nacional o en mejorar en la
recaudación fiscal. La Economía, es la gran ciencia de los
encadenamientos productivos.
La
eficiencia del libre mercado, para concretar, es el gran paradigma de
la producción en abundancia utilizando el máximo esfuerzo con
mínimo costo para obtener grandes ganancias. La eficiencia, no
obstante, necesita de mercados y de dinero para poder existir, los
economistas podrían hacer un modelo en el que las variables
independientes de la “eficiencia” fueran el mercado (en cifras) y
el dinero (poder adquisitivo). Bajo el razonamiento de éste escrito,
la eficiencia no podría darse.
¿Cómo
lograr la eficiencia bajo estas condiciones?
La
verdadera eficiencia, se puede alcanzar a partir de lo que su
definición indica: “el logro acertado de los objetivos al compás
de las acciones, herramientas y recursos suficientes”, o sea que si
se tuviera otro camino para llegar al mismo lugar, se debería por
definición de elegirle.
El
mercado darwiniano, donde se depredan como paradigma unos contra
otros, ¿será el único en donde la economía empresarial puede
sobrevivir? ¿Ese será la única manera en el que la satisfacción
de nuestras necesidades a través de los emprendimientos particulares
(empresas) pueden ser posibles? Considero que no es así, debido a
que el fin en particular de una empresa es su sostenimiento para
poder cubrir la necesidad del que consume y la necesidad de quién le
administra y de sus trabajadores, es claro que una empresa no es
dependiente por decirlo así de solamente la demanda, el valor de la
moneda, y el consumo del mercado, si le relacionamos con su fin cual
es el logro acertado de esa permanencia en el tiempo, esas, que son
cuestiones coyunturales de la historia y de la sociedad, no deben de
afectar. Algún día quiérase o no así como de las Monarquías
surgieron las Naciones, esta economía deberá migrar a otras formas.
Pienso
que en un esquema de administración de los recursos limitados, la
cooperación empresarial será clave para que empresas que están
dentro de una cadena y hasta empresas de la misma clase puedan llevar
a cabo una evaluación del mercado y así determinar una demanda real
y promover una oferta favorable para los intereses de todas. Pienso
que el Estado deberá también de acompañar a éstas acciones
mediante el establecimiento de costos operativos favorables para la
disminución de los precios, que parta desde la base de una política
de precios que sea promovida por una “cámara” o Red empresarial.
Solidaridad
Económica: Eficiencia
La
cooperación es capaz de funcionar también como esa acción que
favorece a la maximización de los recursos para obtener los
objetivos deseados, y también debe de verse como la lógica a seguir
para detener esa auto-depredación por la que van encaminados los
grandes, medianos y pequeños empresarios.
La
eficiencia debe de existir en el término de que “las acciones
deben de ser ordenadas y positivas”, de modo que como antes
mencioné, la empresa cumpla sus expectativas dentro del mercado,
expectativas como: buena producción, buena comercialización,
permanencia en el mercado, buena asociatividad empresarial, entre
otras, que por decirlo así lograrán esa conformidad de quién le
administra y de quienes colaboran con su trabajo, este sería el
cumplimiento de la norma a la que le llamamos eficiencia,
un estado empresarial en el que la “salud” de una empresa es
positiva.
Para
comprender lo que significa la Solidaridad Económica es necesario
conocer lo que está sucediendo en otras latitudes del Mundo, como en
España y en algunas regiones del Sur de América. En dichas
sociedades tomando en cuenta las ideas de la solidaridad propuestas
desde hace tiempo (1815: Robert Owen),
quién es
conocido como el Padre de la Cooperación por su respuesta dirigida
al parlamento inglés en 1815, que forma parte de su documento
titulado “Informes sobre los pobres” (primer estudio y programa
concreto de cooperativismo que se conoce), las ideas de la Economía
Solidaria, se fundamentan en principios como: Equidad,
Trabajo, Sostenibilidad Ambiental, Carácter No Lucrativo y
Compromiso con el Entorno. La idea general es agrupar a las empresas
en otros principios asociados más bien con la solidaridad en vez del
individualismo capitalista, y así promover comercio justo
(FairTrade), consumo responsable, red de comercios solidarios, normas
éticas solidarias, entre otras. Este, para aclarar, es un gran
sistema que se promueve como solución al Capitalismo.
La
Solidaridad Económica,
que se articularía aprovechándose de las facilidades del entorno y
de las técnicas de administración actual, puede ser un modelo
viable que podría pensarse antes o a la par de modelos solidarios.
Tengo que aclarar que estos modelos solidarios comienzan a tener
éxito en sociedades que tienen necesidades muy extremas y fuertes;
la consciencia humana desgraciadamente no actúa preventivamente
hasta que sucede una desgracia y el sistema capitalista ha promovido
una estrategia de mercadeo constante y abundante que maneja a los y
las ciudadanas en la vía de que el sistema es eficiente y nunca
desmejorará, de tal forma que es parecido a un sueño pensar en que
las personas en el corto plazo, en un tiempo inmediato, cambiarán
sus costumbres económicas y sus estrategias de supervivencia.
El
método por el cual se promovería otra eficiencia, que es más
inmediato, que se complementa hasta matemáticamente, es un modelo en
el que las fuerzas económicas, las empresas, lleven a cabo sus
actividades racionalizándolas desde una perspectiva común, o sea
que exista un acompañamiento productivo interdependiente que
sostenga la producción a lo largo del tiempo, generándose lo
anterior más fácilmente desde una autonomía local, desde economías
locales (o regionales), cual sí se puede introducir a nuestra
economía actual pensándose como una Economía Comunitaria, donde
los lazos comunitarios aumenten su capacidad de incidencia en
términos: comerciales, de comunicación, de transporte, de obtención
de materias primas, etc. No se podrá apartar lo anterior del hecho
de que existimos en una sociedad globalizada, por lo que ni podemos
frenar la importación ni mucho menos la exportación, o sea el
comercio internacional, pero lo podremos realizar de manera
inteligente y menos auto-depredadora, si constituimos redes
empresariales que tracen una línea re-productiva de encadenamientos
sostenidos en primera instancia por una cultura local.
La
Solidaridad Económica se aprovecha entonces de las facilidades que
ha creado la Economía Monetaria para administrar y producir
beneficios productivos, y las pone al servicio de la Comunidad.
En
la Solidaridad Económica, debemos tener acceso justo a: la
Educación, la Salud, el Alimento, la Vivienda, a la Comunicación, a
Espacios Públicos, a la Energía, al Transporte y a la Familia,
cuestiones que reforzarán el sistema.
Algunos
aspectos a tomar en cuenta dentro del cotidiano quehacer del
conocimiento económico trabajando eficientemente son:
a)
Adquisición de materias primas en redes comerciales locales y
regionales,
b)
Consumo local,
c)
Etiquetado de comercio justo (FairTrade),
d)
Emprendedurismo adecuado a necesidades empresariales locales y
regionales,
e)
Emprendedurismo adecuado a las necesidades de las Comunidades,
f)
Asistencia de “Know How” (conocimiento empresarial) entre las
mismas empresas,
g)
Foros de Solidaridad Económica para retroalimentación de
información estratégica,
h)
Intercambio de personal calificado para algunas tareas por tiempos
cortos,
i)
Fondos solidarios para el pago de créditos a empresas en riesgo y
desarrollo de nuevos emprendimientos o mejores a las actuales.
j)
Alianzas estratégicas (internas y externas) para el Comercio
Internacional.
En
consecuencia de lo anterior, la Solidaridad Económica promovería
más bien la ayuda de unos con otros, de unas con otras, pero desde
un punto de vista monetario y no monetario, o sea que el último fin,
igual que como en la Economía Solidaria, es el bienestar común, no
el bienestar individual.
La
eficiencia, finalmente se entendería más bien al revés, no es que
mi esfuerzo empresarial individual, aislado y tremendamente costoso
me llevará al éxito, no, más bien es que el esfuerzo empresarial
asociado, estratégico, comunitario, bajo la premisa de lograr la
felicidad y una buena vida, ese será el que me conduzca al éxito.
Del
mercado competitivo a una eficiencia solidaria
Durante
todo el escrito se habló del tema de ser eficientes económicamente,
se partió de la cosmovisión capitalista actual, que no se sostiene
a estas alturas de la historia, explicándose porqué el libre
mercado no es eficiente, poniéndose en evidencia sus debilidades
estructurales y se llegó a una cosmovisión solidaria, que será
sin duda el paso contundente a un nuevo sistema de intercambio, el
cual será completamente efectivo para los intereses comunes.
Pienso
que todas y todos vivimos buscando la felicidad, pienso que
trabajamos y hacemos nuestro mejor esfuerzo diariamente para
encontrar este camino, si es así, evidentemente nos debe de
interesar comprender que el estilo de vida actual nunca nos llevará
allí.
Planteado
todo lo anterior y esperando su buen juicio de lector o de lectora,
le invito a emprender el nuevo viaje a un sistema económico
(político y social) verdadero, justo y eficiente, un sistema
económico que le podrá guiar a usted y los suyos a vivir como todos
soñamos,
a vivir felices y satisfechos.
1Claro
que esos procesos simples pueden ser alcanzados a través de mejoras
tecnológicas. La simpleza a la que me refiero es que el proceso
productivo sea conducido a través de un método (articulado) para
alcanzar con éxito la producción.
2“Pese
a algunos esfuerzos que ha hecho la administración tributaria, aún
el país está debiendo en herramientas eficientes y claras hacia
los contribuyentes, por lo que sigue siendo muy difícil pagar los
impuestos.
Costa
Rica ocupa el lugar 125 en el ranking
mundial sobre cuán fácil, o difícil, es la cancelación de los
tributos, según Pricewaterhouse Coopers (PWC).” (Gonzales
Sandoval, Gilda ( 14 de abril de 2013). En Costa Rica cuesta pagar
impuestos. El Financiero. Tomado de
http://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/Ranking_PWC-pago_de_impuestos_0_280172013.html
el día 21 de agosto de 2014.
4Léase
crisis financiera de EUA.
5Se
refiere al término al que Thorstein Veblen hizo referencia en su
obra ““La Teoría de la Clase Ociosa”, se resume en comprar lo
innecesario para ser “feliz”.