Ing.Agr. Claudio Vargas
Rojas
Las plantas
genéticamente modificadas utilizan la vía de expresión de toxinas
Cry derivadas de los genes de Bacillus thuringiensis Berl.
(Bt) (Salvatore 2002), estás han sido creadas para tratar de
resolver una serie de problemas como la resistencia a plagas y
enfermedades. Sin embargo, a pesar de las eventuales e hipotéticas
ventajas que podría traer el uso de estas plantas genéticamente
modificadas, no pueden ser liberadas comercialmente sin antes haber
sido objeto de un estudio riguroso que garantice la seguridad, tanto
para el hombre como para el medio ambiente.
El riesgo que
conlleva el uso de organismos transgénicos debe ser analizado con
rigor ya que puede tener efectos detrimentales para la salud humana,
el medio ambiente y la biodiversidad. En lo que al medio ambiente
respecta hay que tomar en cuenta que son productos "nuevos"
en la naturaleza, que irrumpen en la misma sin haber pasado por un
proceso tan importante como lo es la evolución, ya que son resultado
de procesos de ingeniería genética, no del actuar de la naturaleza.
Algunos los posibles riesgos son: que las toxinas Cry puedan afectar
a insectos benéficos; que estas puedan acumularse y persistir en el
suelo; o bien que surjan insectos plagas resistentes al Bt y que esta
resistencia a la ampicilina del maíz Bt pueda ser transferida a
organismos patógenos, derivando en la aparición de súper plagas
(Ortega s.f.).
Si bien las toxinas
Cry derivadas del Bt trabajan con cierta especificidad, el efecto
tóxico de los cristales puede afectar a otros grupos de insectos no
relacionados con el cultivo. Las proteínas Cry se cristalizan en los
granos de polen y son dispersadas por el viento, resultando tóxicas
para otros insectos cercanos al cultivo (Sánchez 2008; Salvatore
2002).
Se ha denunciado que
el polen del maíz transgénico tuvo efecto significativo sobre las
poblaciones de la mariposa monarca, ya que llego a hasta plantaciones
de algodón, donde afectaba a las larvas de la mariposa, reduciendo
considerablemente su población. Y aunque se ha documentado que estas
biotoxinas no tienen efecto sobre otros grupos de insectos como
polinizadores y dispersores, la especificidad no es absoluta (Sánchez
2008).
Por su parte Hilbeck
et al. (1998) realizaron experimentos donde se evalúo el
efecto del polen sobre crisopas (depredadores de insectos plaga).
Encontraron que si el polen y la crisopa se encuentran en contacto
el insecto muere debido al efecto de la proteína Cry1Ab contenida
en el polen, sin embargo, esto ocurre solamente cuando se encuentra
en altas concentraciones; cuando la toxina fue suministrada por medio
de insectos afectados, menores concentraciones de la toxina dieron
similar porcentaje de mortalidad.
En lo que respecta al
suelo, los cultivos producen proteínas Cry en sus tejidos, dichas
proteínas son liberadas al campo a través de exudados radicales,
polen y residuos de cosecha (Saxena et al. 1999; Saxena y
Stotzky 2000; Saxena et al., 2004; Stotzky 2004; Icoz and
Stotzky 2008; Li et al. 2009; citados por Cheeke 2012). Una
vez liberadas en el suelo las proteínas Cry se pueden adherir a
partículas de arcilla o humus, lo que retarda su degradación. Más
aún, se ha demostrado que las proteínas adheridas a esas partículas
siguen siendo activas, cuando se les administra a insectos
susceptibles, según Tapp y Stotzky (1998) mencionado por Mendonca
et al. (2006) las toxinas pueden llegar a permanecer con efecto
insecticida al menos por 234 días, esto puede traer efectos
negativos a insectos no blanco.
En cuanto a la
afectación que puedan tener sobre algunos hongos saprófitos del
suelo Oliveira et al. (2008) no encontró diferencia
significativa entre el desarrollo de hongos saprófitos sobre suelos
inoculados con las toxinas y los no inoculados.
Sin embargo, otro tipo
de hongos que forman simbiosis con las plantas – las micorrizas–son
organismos no blanco, que según Liu 2010 se ven afectadas por las
toxinas Bt remanentes en el suelo. Así mismo, Castaldini et
al. (2005) en su estudio donde incorporaron biomasa de maíz Bt al
suelo demostró la colonización de las raíces de alfalfa por
micorrizas fue significativamente menor que en suelos donde no
incorporaron.
Sin duda alguna el
tema de las consecuencias que puede traer el uso de organismos
transgénicos al ambiente es de mucha discusión. Siempre habrá
opiniones en pro y en contra de su uso, pero debe imperar la razón,
la razón basada en conocimiento científico derivado de estudios
objetivos que pongan de manifiesto las ventajas y desventajas del uso
de transgénicos, que nos ayuden a tomar la mejor decisión con
respecto a su utilización.
Bibliografía consultada
Castaldini, M.; Turrini, A.; Sbrana, C.;
Benedetti, A.; Marchionni, M.; Mocali, A.; Fabiani, S.; Landi, F.;
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Hilbeck, A.; Moar, W.; Pusztai-Carey, M.;
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Mendonca, L.; Melo, I.; Valasdares, M.; Anyango, B.; Siqueira, J.;
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Oliveira, A. P., M. E. Pampulha, and J. P.
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Disponible en:
http://www.uned.es/experto-biotecnologia-alimentos/TrabajosSelecc/TrinidadSanchez.pdf
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