martes, 18 de febrero de 2014

Maíz Bt: algunas consideraciones


Ing.Agr. Claudio Vargas Rojas



Las plantas genéticamente modificadas utilizan la vía de expresión de toxinas Cry derivadas de los genes de Bacillus thuringiensis Berl. (Bt) (Salvatore 2002), estás han sido creadas para tratar de resolver una serie de problemas como la resistencia a plagas y enfermedades. Sin embargo, a pesar de las eventuales e hipotéticas ventajas que podría traer el uso de estas plantas genéticamente modificadas, no pueden ser liberadas comercialmente sin antes haber sido objeto de un estudio riguroso que garantice la seguridad, tanto para el hombre como para el medio ambiente.
El riesgo que conlleva el uso de organismos transgénicos debe ser analizado con rigor ya que puede tener efectos detrimentales para la salud humana, el medio ambiente y la biodiversidad. En lo que al medio ambiente respecta hay que tomar en cuenta que son productos "nuevos" en la naturaleza, que irrumpen en la misma sin haber pasado por un proceso tan importante como lo es la evolución, ya que son resultado de procesos de ingeniería genética, no del actuar de la naturaleza. Algunos los posibles riesgos son: que las toxinas Cry puedan afectar a insectos benéficos; que estas puedan acumularse y persistir en el suelo; o bien que surjan insectos plagas resistentes al Bt y que esta resistencia a la ampicilina del maíz Bt pueda ser transferida a organismos patógenos, derivando en la aparición de súper plagas (Ortega s.f.).
Si bien las toxinas Cry derivadas del Bt trabajan con cierta especificidad, el efecto tóxico de los cristales puede afectar a otros grupos de insectos no relacionados con el cultivo. Las proteínas Cry se cristalizan en los granos de polen y son dispersadas por el viento, resultando tóxicas para otros insectos cercanos al cultivo (Sánchez 2008; Salvatore 2002).
Se ha denunciado que el polen del maíz transgénico tuvo efecto significativo sobre las poblaciones de la mariposa monarca, ya que llego a hasta plantaciones de algodón, donde afectaba a las larvas de la mariposa, reduciendo considerablemente su población. Y aunque se ha documentado que estas biotoxinas no tienen efecto sobre otros grupos de insectos como polinizadores y dispersores, la especificidad no es absoluta (Sánchez 2008).
Por su parte Hilbeck et al. (1998) realizaron experimentos donde se evalúo el efecto del polen sobre crisopas (depredadores de insectos plaga). Encontraron que si el polen y la crisopa se encuentran en contacto el insecto muere debido al efecto de la proteína Cry1Ab contenida en el polen, sin embargo, esto ocurre solamente cuando se encuentra en altas concentraciones; cuando la toxina fue suministrada por medio de insectos afectados, menores concentraciones de la toxina dieron similar porcentaje de mortalidad.

En lo que respecta al suelo, los cultivos producen proteínas Cry en sus tejidos, dichas proteínas son liberadas al campo a través de exudados radicales, polen y residuos de cosecha (Saxena et al. 1999; Saxena y Stotzky 2000; Saxena et al., 2004; Stotzky 2004; Icoz and Stotzky 2008; Li et al. 2009; citados por Cheeke 2012). Una vez liberadas en el suelo las proteínas Cry se pueden adherir a partículas de arcilla o humus, lo que retarda su degradación. Más aún, se ha demostrado que las proteínas adheridas a esas partículas siguen siendo activas, cuando se les administra a insectos susceptibles, según Tapp y Stotzky (1998) mencionado por Mendonca et al. (2006) las toxinas pueden llegar a permanecer con efecto insecticida al menos por 234 días, esto puede traer efectos negativos a insectos no blanco.
En cuanto a la afectación que puedan tener sobre algunos hongos saprófitos del suelo Oliveira et al. (2008) no encontró diferencia significativa entre el desarrollo de hongos saprófitos sobre suelos inoculados con las toxinas y los no inoculados.
Sin embargo, otro tipo de hongos que forman simbiosis con las plantas – las micorrizas–son organismos no blanco, que según Liu 2010 se ven afectadas por las toxinas Bt remanentes en el suelo. Así mismo, Castaldini et al. (2005) en su estudio donde incorporaron biomasa de maíz Bt al suelo demostró la colonización de las raíces de alfalfa por micorrizas fue significativamente menor que en suelos donde no incorporaron.
Sin duda alguna el tema de las consecuencias que puede traer el uso de organismos transgénicos al ambiente es de mucha discusión. Siempre habrá opiniones en pro y en contra de su uso, pero debe imperar la razón, la razón basada en conocimiento científico derivado de estudios objetivos que pongan de manifiesto las ventajas y desventajas del uso de transgénicos, que nos ayuden a tomar la mejor decisión con respecto a su utilización.


Bibliografía consultada
Castaldini, M.; Turrini, A.; Sbrana, C.; Benedetti, A.; Marchionni, M.; Mocali, A.; Fabiani, S.; Landi, F.; Santomassimo, B.; Pietrangeli, M.; Nuti, N.; Miclaus, M.; Giovannetti, M. 2005. Impact of Bt corn on rhizospheric and soil eubacterial communities and on beneficial mycorrhizal symbiosis in experimental microcosms. Applied and Environmental Microbiology 71:6719–6729.

Cheeke, T. 2012. Effects of the cultivation of genetically modified Bt crops on nontarget soil organisms. 154-215 pp. In: Wall, D. Microbial Ecology in Sustainable Agroecosystems. CRC Press.

Hilbeck, A.; Moar, W.; Pusztai-Carey, M.; Filippini, A.; Bigler, F. 1998. Toxicity of Bacillus thuringiensis Cry1Ab toxin to the predator Chrysoperla carnea (Neuroptera: Chrysopidae). Enviromental Entomology 27 (5): 1255-1263.

Liu, W. 2010. Do genetically modified plants impact arbuscular mycorrhizal fungi? Ecotoxicology 19: 229-238.

Mendonca, L.; Melo, I.; Valasdares, M.; Anyango, B.; Siqueira, J.; Van Toan,P.; Wheatley, R. 2006. Non-tarjet and biodiversity impacts in soil. pp. 223-233. In:Hilbeck, A.; Andow, D.; Fontes, E.E nvironmental Risk Assessment of Genetically Modified Organisms.CABI Publishing.

Oliveira, A. P., M. E. Pampulha, and J. P. Bennett. 2008. A two-year field study with transgenic Bacillus thuringiensis maize: effects on soil microorganisms. Science of the Total Environment 405:351–357.

Ortega, R. Maíz transgénico: riesgos y beneficios. s.f. Revista Universidad de Sonora. 41-43 pp. Disponible en: http://www.revistauniversidad.uson.mx/revistas/22-22articulo%209.pdf
Salvatore, A. 2002. Effects of transgenic (Bt) crops on natural enemies, 234-236 pp. In: Pimentel, D. Encyclopedia of Pest Management. CRC Press.


Sánchez, T. 2008. Plantas transgénicas. Disponible en: http://www.uned.es/experto-biotecnologia-alimentos/TrabajosSelecc/TrinidadSanchez.pdf






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