martes, 24 de junio de 2014

Pedagogía para una Democracia horizontal

                                                                                                   
Carlos Ml. Muñoz J.
  

          
El ejercicio del poder habitualmente se piensa desde una óptica vertical, lo que nos hace creer que las órdenes deben de provenir de un sistema burocrático escalonado desde la plataforma organizativa política. Quiero decir que la toma de decisiones se lleva a cabo desde una condición vertical, así las cosas pues para llevar a cabo esa desición política es necesario que desde la parte mas alta organizativa del partido se proponga la idea para que ésta al final se lleve a cabo,  en su defecto, la orden podría haberse sugerido desde una propuesta de base, pero deberá de pasar su debido y riguroso proceso de aprobación ejecutiva.

Este tipo de ejercicio es habitualmente cierto si seguimos pensando como “ciudadanos que delegan el poder”. Aclaro que esta manera de proceder es evidentemente democrática pués se requiere de un procedimiento de elección en asamblea, escalonado, para lograr la representación deseada, representación que como dije antes toma las decisiones.

Ahora, me paro en el siglo XXI, siglo en el cual la comunicación y el conocimiento, liberado gracias a la tecnología están a disposición del ciudadano común, o sea que no solamente quienes hacen las propuestas y los acuerdos de orden superior conocen del tema a fondo, si no que el ciudadano común puede también con un poco de disposición a la investigación, conocer y de esa manera tener un criterio propio, ese criterio le permite, en todo caso, tener la posibilidad de tener incidencia sobre alguna situación que este desease intervenir, esto de una manera aunque fuera mínima.

El conocimiento es poder, la información es poder, decenios y siglos anteriores, las masas fueron manipuladas fácilmente debido a que quienes detentaban el poder tenían el poder de conocimiento, de tal manera que limitaban la información que deseaba que la ciudadanía conociera, eso les dió la posibilidad de dirigir con mucha facilidad lo que los sociólogos llaman “imaginarios sociales” o “imaginarios colectivos”. Dichos, vistos desde una perspectiva del control del poder, son los que pueden determinar con cierta certeza el escabroso direccionamiento de una sociedad, y de los opositores al  poder. Aún así a este incipiente siglo XXI todavía las grandes Compañías de información controlan “la verdad” y llevan a cabo mecanismos de control, evitando a la sociedad, en medio de las redes sociales por ejemplo, la información política un poco quisquillosa, que en manos del conocimiento general pues llevaría a la sociedad a tener otras actitudes más disconformes y desconfiadas, cosa que iría en sana contradicción con los intereses de gobernar la información.

Es evidente que el potencial de las redes sociales no es una cuestión decisiva, por que solo el potencial no lleva acabo ningún cambio, el cambio se dá, si las redes se aprovechan y la ciudadanía organiza sistemas de información opcionales que incidan en los demás ciudadanos y ciudadanas, al no ser así ese potencial es cosa muerta, sin embargo existente. Esto que digo ya posee pruebas y la mas relevante es la reciente primavera árabe que ha empujado a una serie de golpes de estado en los últimos 3 años en la región del norte de África y del Medio Oriente.

Bueno, pero parece que todo la anterior no se relaciona con el tema en discusión cual es la Democracia horizontal, puesto que lo que expongo es una serie de acontecimientos que según mi parecer liberan el conocimiento y que por lo tanto ese conocimiento liberado liberaría al Poder, esa es la tesis. ¿Por qué Democracia horizontal entonces, a qué me refiero?

Hay una ola de información que está definitivamente transformando al Siglo XXI, esa ola para decirlo claramente se llama: las redes sociales (facebook, twitter, whatssap,etc.), aunque hoy se trabaja con un nivel muy alto de dispersión, dichas redes de una manera u otra comienzan definitivamente a influir sobre las acciones de la sociedad.

La Democracia horizontal podría definirse en todo caso, como “aquella en donde la acción organizada, representa los intereses de los acuerdos y necesidades estratégicas de la base política o sea de que representa efectivamente a esa célula política que se reúne semanalmente a acordar y diseñar acciones. Más es evidente que los esfuerzos deben de coordinarse para que no sucedan una lluvia de esfuerzos aislados sin dirección, es aquí donde la alta jerarquía política debe de coordinar. La idea central de la premisa horizontal es que se podrá tener el control político de áreas mas pequeñas, de una manera mucho más sencilla, dándole poder a la célula que en todo caso es la que posee la información clave (auténtica) para definir las acciones de su sociedad.

Existe otra premisa pero de una índole mas existencial, filosófica, que debe de pensarse a nivel general; me parece que deberá de agregarse al razonamiento transversal que se realiza comúnmente en la ciencia política. La libertad de acción, que difiere del concepto jurídico de libertad, el cual entiende a la libertad al tenor de aquella otra permisa (dicha por Sartre) que habla de que la “libertad mía termina donde empieza la libertad del otro”, y por supuesto si dicha no infringe las normas establecidas por el sistema jurídico. La libertad de acción, trascendiende la época contemporánea, esta es: “la capacidad que tiene todo ser humano de elegir a consciencia, sin coersión ni coacción, cualquier acción que desee llevar a cabo”; esto nos empujará definitivamente a otra concepción de la organización política por cuanto entenderemos (al fin), que no es posible por ninguna teoría o filosofía ordenar estratégicamente las acciones de un todo social, la acción política por más diseñada que esté hecha, llevará siempre la razón de la libre elección; la coacción a través de esclavitudes y ejércitos es la única que ha podido mantener los modelos políticos.


La organización siempre será la clave de la Democracia, en los escritos de Lenin, por ejemplo, se habla abultadamente sobre éste tema, casi haciendo de esta -la premisa organizativa-, todo el eje de la discusión. Esa organización debe de llevar a cabo sus actos de manera que sean incidentes, efectivos, para con sus intereses, la estrategia de incidencia es la que debe de elaborarse con más detenimiento, llevando a cabo bitácoras de fiscalización de incidencia y proyecciones de incidencia entre otros. La educación científica, única capaz de decodificar los mensajes de libertad, debe de acompañar los procesos organizativos, cuales deben de engendrarse en discusiones dialécticas generadoras de dudas e incertidumbres que permanente deben de resolverse (como un gran juego matemático o un rompecabezas), así las razones que ordenen una sociedad deben de encajar completamente; la razón estará al lado de las personas sabias.

Nuestro Mundo contemporáneo (Utilitario) entiende por organización, la manifestación en conjunto gigantesca, las inmensas masas moviéndose al son de un gran Gong Campana que dicta la orden. La Democracia horizontal, debe de entender por organización cualquier grupo (de pequeño a diminuto) que sea capaz de incidir políticamente; desde cinco personas recogiendo la basura de los alrededoes del parque que semanalmente se ponen de acuerdo para ir todos los jueves a las 5 p.m. después del trabajo, hasta las tres o cuatro personas que formen grupos de enseñanza para elaborar encuentros populares de conocimiento, raquíticamente humildes donde talvez solo se agreguen 4 o 5 personas; esa es la organización, pues entiéndase que cada gota de acción que se agregue a las acciones grupales de un grupo que evidentemente persiga fundamentos que se alíen con otros grupos, o que si hablamos de un partido político, se agregan con la misma filosofía política, esa gota de acción sumada por miles, será tan eficaz como miles haciendo miles de cosas.

La organización es la compañera fundamental del éxito, y la organización con un sentido estratégico es la compañera fundamental del éxito de un grupo.
Las pasadas elecciones nos vuelven a enseñar nuestra gran falla como colectivo que trabaja para llevar a cabo el mensaje democrático, no hemos sido capaces de generar una organización permanente que se disponga siempre a velar por los asuntos de índole política, que se disponga a organizar acciones democráticas si se quiere decir mejor de esa manera. Esta poca constancia, para los intereses de una Democacia horizontal es una gran debilidad, por que la capacidad de articulación se disminuye al -50%, debido a que la estrategia de incidencia se descontinúa y terminamos desorganizados e incapaces de generar más y mejores acciones, que paulatinamente, si hubieramos sido constantes, pues con toda esa cartera de estadísticas y con toda esa fuente de información ya ordenada, y con una serie de grupos preparados para seguir con un método cada vez más depurado, estaríamos siendo capaces de adecuar estrategias, seríamos evidentemente una organización bastante poderosa; la capacidad de acción es la que puede valorar finalmente la capacidad del Poder político. Y no es Poder en téminos estériles - egocéntricos, es Poder en términos de efectividad en pro evidentemente de nuestros ideales. De ahí que la organización de las diminutas acciones permanentes sea también una clave para esa Democracia horizontal que desea controlar el Poder.

El Poder horizontal de la Democracia no es más que ese ideal al cual el término mismo en su etimología hace referencia, o sea el “demos-kratos (Poder para el Pueblo)”; si reelemos con atención lo anteriormente expuesto (párrafos anteriores) se describe atentamente las características de una sociedad abiertamente democrática y de un orden político (Partido en su defecto), perfectamente democrático, esa condición que antes esbocé de la libertad previa de todos los seres humanos, califica de una manera objetiva el hecho de que la sociedad debe de erigirse sobre sí misma, a cuenta indiscutible de su propia guía y razonamiento, junto a la libertad para que sea sublime, deberá de estar como un guía el conocimiento cual deberá de generarse a través de discusiones dialécticas.

El Poder horizontal, viene siendo la última etapa que dispondrá la transición inevitable de los órdenes jerárquicos verticales a la Democracia absoluta, que podría conflagrarse gracias a la revolución de la comunicación de este Siglo XXI.