sábado, 11 de octubre de 2014

Para la crisis de desempleo: propuestas empresariales prácticas


                                                                                                Carlos Ml. Muñoz J.


Es evidente, cómo la sociedad del Siglo XXI se enfrenta a  una crisis cada vez más grande y turbulenta en cuanto a poder adquirir los recursos necesarios para la subsistencia. Junto a ella, hoy camina la herencia de lo que el capitalismo construyó, lo que el egoísmo y la burocracia heredaron a sus hijos, esto puede tener un nombre muy claro: pobreza.

El Desempleo, amigo íntimo de la pobreza, crece imparablemente y no puede detenerse debido a que los  proyectos de inversión se  disminuyen a causa de riesgos evidentes que implica llevar a cabo propuestas poco factibles. Y el Estado, sinónimo de incapacidad, no opta por crear fuentes viables de proyectos que promuevan el Desarrollo Comunal, así que, queda un vacío de solución que se refleja en la falta de trabajo.

Es evidente que la sociedad, en general, no se encuentra preparada para enfrentar la crisis; cuando esta en su debido momento se acentúe, miles de personas, correrán como una manada desbocada   y sin rumbo, correrán de miedo.

Ante lo anteriormente dicho, existe, sin embargo, la posibilidad preventiva de atenuar o de ganarle a la crisis, esta es la puesta en práctica de propuestas empresariales que de alguna manera puedan generar empleo, a corto, mediano y largo plazo, para ser claros,  las propuestas deben de acompañarse de  encadenamientos productivos eficientes que  formen empleo.

Una sociedad con trabajo tendrá recursos al menos suficientes para poder seguir adelante, la falta de empleo, además, promueve estados críticos de malestar social y esto afecta la vida en armonía.

Regularmente, nos infunden la idea del desempleo como algo “per se”, o sea como algo que sucede naturalmente, sin embargo, no es cierto, el desempleo es una consecuencia  de la falta de ocupación que es generada por las costumbres y usos sociales que van en detrimento de una sociedad (falta de emprendimiento, estado paternalista, egoísmo, falta de originalidad, politiquería, etc.).  Las sociedades que por destino de la vida y de la historia han tenido que enfrentar crisis a causa de: hambruna, guerra, pandemias, etc., hoy por hoy mantienen costumbres que motivan el espíritu emprendedor, el individuo de estas sociedades es consciente de su responsabilidad para tener y llevar una buena vida.

Es en una una gran medida, la falta del accionar práctico de una sociedad la que la somete a “fábulas mentales”, parecido a un enfermo de psicosis, una sociedad puede creer como verdadero algo negativo, en español, creer que está haciendo algo y no está haciendo nada, creer que no hay pobreza mientras crece desbordándose.

A las alturas del Siglo XXI, sin embargo, las crisis internacionales que suceden son evidencia de un problema que poco a poco se “come” al Mundo, ese problema, debe ser resuelto. Así, es como las soluciones al problema deben de darse en un marco de acciones prácticas que puedan sostenerse (financieramente) y replicarse (socialmente) de  manera que ayuden a mitigar y a resolverlo por la vía rápida.
  
El único requisito para poder llevar a cabo la tarea, es que las personas, decidas y alentadas por la urgencia, opten por muy valientemente ser parte de un ejército de emprendedores. Es absolutamente cierto que tampoco deberán desbocarse en una aventura suicida, esta misión la deberán de llevar a cabo con la complicidad de una estrategia que les asegure el éxito.

Las propuestas empresariales entonces, deben de tener como ejes centrales: uno de índole práctico y otro de índole financiero, de tal manera que  puedan sobrevivir al mercado y logren multiplicar sus ramas conforme avancen en el tiempo, transformándose así en algo estable. Las propuestas “no prácticas” deben desestimarse pues su camino conduce al fracaso económico.

Nos acostumbraron a pensar y a creer que “las cosas nacen de los árboles”, que el dinero nace de los bancos y  que los bienes de las fábricas, y así en todo, muy poco nos han aclarado que todo deviene de un proceso. El trabajo, de igual manera es un proceso el cual básicamente se trata de que exista un trabajo por hacer y de que se necesiten personas para llevar a cabo ese trabajo, el contratante quien con su trabajo involucra a otros, es el que promueve que existan puestos de trabajo. Es evidente entonces que el trabajo es promovido por el comercio, debido a que cada puesto comercial necesita de empleados para poder operar, es claro entonces que la necesidad de emprendedurismo se ve revelada en ésta evidencia; el camino hacia la generación de emprendedores es por el que se debe de optar.

Es un hecho que no todos nacieron para ser jefes, esa es una cualidad que nace como vocación en las personas que naturalmente son mas independientes que las demás y en las personas que buscan encontrarle un sentido a la vida que sea acorde con los intereses de ellos y de su pensamiento, otras personas son evidentemente más pasivas y desean llevar una vida menos llena de imprevistos; de las dos clases de personas se nutre la sociedad. Es en la medida que se combinan los intereses de ambas   (clases de personas) que se crea la convivencia.

En el sentido de la Justicia lo que ha sucedido es que la explotación de parte de empleadores, quienes han explotado a gran escala, desató un sistema que ha exigido la sobrevivencia del mas fuerte,   que además, fué impulsado muy fuertemente por  el egoísmo y el individualismo, digamos que se extralimitaron las condiciones de empleo en favor de unos pocos ricos; sin embargo en un sistema ideal de intercambio de trabajo, la relación equilibrada  contratante-contratado, es muy positiva.

Volviendo al tema que expongo, el emprendedor, el empresario, pequeño y grande, con su olfato y valentía natural puede ser capaz de diferenciar una propuesta práctica de una “no práctica”, y una vez hecho esto el camino estará listo, el objetivo estará en la mira.

No describo ¿cuales propuestas? ni la manera de cómo las van a a financiar, por que los emprendedores, los misioneros, los guerreros, siempre saben como ingeniárselas para obtener lo imposible (lo invisible). Hayá cada quien con su estrategia, todos los caminos -como dicen- les llevará a Roma.